martes, 27 de septiembre de 2011




La ciudad me incómoda más que la moda. La rechazo con todas y cada una de mis terminaciones nerviosas y con cada neurona enramada en mi cerebro.

En la ciudad hace un calor del copón y los coches andan descontrolados. ¿50 km en ciudad? Y una mierda. Yo no se donde colocan los milagrosos radares pero aquí o a todos los señores conductores se les está quemando el arroz sea para desayunar o cenar o simplemente tienen un petardo metido en el ano.

¿Intermitentes, para qué? si soy más chulo que Ramoncín y tengo la inteligencia suficiente para hacer el imbécil quedando como Dios.

Sinvergüenzas, maleantes, panda de...Y combinando estas maravillas con el pitidito del despertador por las mañanas y el horario inhumano que me oferta la universidad llevo unos días que o bien muero de afonía por gritarle al conductor vecino cuatro verdades o me autoentierro en la cárcel bibliotecaria (lugar donde me encuentro) con tanto trabajito.

Pero serenada como me encuentro, sin tilas al frente ni soñador por detrás, he de decir que el otro día vi un cataclismo musical tan desmoralizante que hizo que se me cayera un mito. Un mito enorme, de esos que murieron en los 80 y vivieron con todas sus letras musicales en los 60.

Un Dios terrenal que en lugar de llevar una aureola en la cabeza llevaba dos junto a los globos oculares. Aquel a quien le plantearías todas las heces que envuelven el planeta Tierra para que las convirtiera en margaritas.

Que al escuchar sus canciones te autoconvencieras que llevas su nombre, su música grabada en la piel y en la cabeza, a tinta. Que los milagros en partituras te pueden sacar una sonrisa sin bromas, que el surrealismo tiene banda sonora y que le perdonas por haberse casado con aquella escoba japonesa con patas.

Adivinan "imagino". Pues una vez expuesto al personaje voy a darle juego a las causas, y como una imagen vale más que mil palabras aquí se lo planteo: http://www.youtube.com/watch?v=qUUvw-kOPtQ

¿Pero qué esta diciendo? ¿Realmente ese es Lennon?

Un tío revolucionario que movilizó al mundo con el movimiento hippie, un sinsentido que rompió cadenas con la única arma que disponía, la música.

Desastroso el vídeo.

Nada más empezar la vocecita de Yoko Ano explica lo amenazados que se sentían, "no teníamos seguridad de verdad, y uno de nuestro ayudantes nos dijo que un tipo raro merodeaba por el jardín todas las noches" (pobre escoba).

Osease, que a mi modo de ver se presenta un fan en casa de John (para los amigos), un hippie colocado de canciones buscando de algún modo hablar con la persona que ocupaba el pedestal de su vida y poder resolver sus por qué sin saber cómo. Hizo algo así como aquello que nos gustaría haber hecho si hubiéramos vivido en la época de Lennon y los tuviéramos muy bien puestos para colarnos y ver al que decía que los Beatles eran más famosos que Dios aunque sólo fuera para escandalizar a sus representantes en la Tierra.

Recreemos pues la conversación que mantienen John y el espontáneo que se coló en su casa:

(Espontáneo)-Creí que si te conocía, tú…yo lo sabría al conocerte.

(John)-¿Saber qué?

(Espontáneo)-Que todo encaja.

(John)Todo encaja si estás colocado.

(Espontáneo)- Cuando escribiste, vas a llevar esa carga mucho tiempo….

(John)-Paul escribió eso. Pero es de todos. Él canta sobre todos.

(Espontáneo)-Recuerda: "Tú radias todo lo que eres, penetras allá donde vas".

(John)-Estaba jugando con las palabras. Era una canción absurda. Dylan lo hace. Todo el mundo lo hace. Sólo hay que coger las palabras, pegarlas….Y ver si tienen sentido, algunas lo tienen y otras no. Mi último álbum era como salir de un sueño. Puedes pasarte la vida en ese sueño… y después, termina.

(Espontáneo)-¿No piensas en nadie en especial cuando cantas?

(John)-¿Cómo voy a pensar en ti?

(Espontáneo)-No, no hablaba de mí, sino de alguien.

(John)-Pienso en mi…o en Yoko si es una canción de amor. Digo…he cagado bien hoy y esto es lo que he pensado esta mañana y te quiero Yoko, o lo que sea. Canto sobre mi vida. Si es importante en la vida de otras personas, me parece bien.

Pues bien, escuchado el diálogo varías veces he llegado a la conclusión de que John no estuvo nada acertado.

Le explicó al espontáneo algo así como "que importan las palabras, lo que importa es el negocio y vosotros sois los que os lo habéis creído. No hay fondo, no hay creencias, basta de ideales que únicamente han hecho que me promocione como un revolucionario cuando en realidad pertenezco a un eslabón más que forma nuestras cadenas".

Con esa conversación ha marcado una distancia con el resto de los mortales, demasiado endiosado.

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Mientras en la Tierra las aguas siguen revueltas. Tengo libros, profesores, cafés de máquina, apuntes, trabajos, exámenes, tuppers con comida fría, biblioteca, servilletas que me dan las gracias por mi visita, sueño, Sex Pistols, gasolina, atascos, más sueño, descansos, clases y más apuntes.

No tengo ganas.


Firmado: Carmen

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